De Cusco a Puno

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La desvencijada vía y la carrera asfalta al lago Titicaca se hacen sombra según van al sureste desde Cusco. Por el camino se pueden explorar antiguas ruinas y bucólicos pueblos andinos que brindan desvíos excelentes a los viajeros intrépidos deseosos  de alejar del camino de gringo casi todos los destinos que se incluyen a continuación pueden visitarse en excursiones en un día. Entre Cusco y Puno se visitan atractivos turísticos.

TIPON

La demostración de dominio inca sobre el entorno se refleja en este basto yacimiento incaformado por unos impresionantes bancales en la parte alta de un pequeño valle con un ingenioso sistema de riego. Está a unos 30 km de Cuzco, justo antes de Oropesa. Hay que tomar cualquier autobús en dirección a Urcos frente al hospital de la Av. de la Cultu­ra, en Cuzco, o un colectivo a las puertas del no 207 de la Av. Tullumayo, y pedir al conduc­tor que pare en el desvío a Tipón (45 min). Aquí nace una empinada carretera no asfaltada de 4 km hasta las ruinas. O si no, contrátese un taxi en Cuzco para ir basta las ruinas de Tipón y Piquillacta, con espera y regreso incluidos.

PIQUILLACTA Y RUMICOLCA

Literalmente “pueblo de las pulgas”, Piqui­llacta, son las únicas ruinas preincaicas importan­tes de la zona, construidas hacia el año 1100 por los wuaris. El gran centro ceremonial presenta edificios de dos pisos desmorona­dos, cuyas entradas están estratégicamente ubicadas en la planta superior. Está rodeado por un muro defensivo. La mampostería es más basta que la de otros yacimientos incas, y los suelos y paredes se asfaltaron con losas de yeso blanco, del que aún quedan restos. En la cara opuesta de la carretela, a cerca de 1 km más al este, está la gran puerta inca de Rumicolca, construida sobre cimientos Waris. La tosca mampostería Wari contrasta con los bloques incas. Es interesante ver a los indígenas trabajando el barro que rodéalos pantanosos lagos de la zona; la fabricación de ladrillos de adobe es una de las mayores industrias de la región.

Los autobuses que van a Urcos desde Cuz­co pasan por ambos yacimientos.

ANDAHUAYLLILLAS

No debe confundirse con Andahuaylas, al oeste de Cuzco. Andahuaylillas está a más de 45 km al sureste de Cuzco, unos 7 km antes de que la carretera se bifurque en Urcos. Es una bonita aldea andina célebre por su or­namentada iglesia de San, de un barroco casi asfixian­te. El edificio data del s. XVII y tiene numero­sas tallas y cuadros, incluido un lienzo de la Inmaculada Concepción atribuido a Barto­lomé Esteban Murillo. Se cree que contiene un sinfín de tesoros de oro y plata, y todos los

aldeanos participan en los turnos de guardia, para custodiarla las 24 horas del día. ¿Será  cierto el rumor? Todo cuanto pueden decir los autores de esta guía es que los guardas se toman su trabajo muy en serio.

Cerca de la iglesia está la tienda de Q’ewar Project, una cooperativa de mujeres que  fabrica inconfundibles muñecas ataviadas trajes tradicionales, y el ecléctico Museo Ritos Andinos. Cuyas piezas algo dispares incluyen una momia infantil y una impresionante cráneos deformados.

Para llegar a Andahuaylillas, hay que tomar el autobús a Urcos en la terminal que da a la Av. de la Cultura, en Cusco.

RAQCHI

La pequeña aldea de Raqchi, 125 km al sureste de Cusco, se halla dispuesta alrededor de una ruina inca que desde la carretera parece un extraño acueducto alienígeno. Se trata de los restos del templo Viracocha, en su día uno de los templos más sagrados del Imperio inca. Sus 22 columnas de bloques de piedra soportaban el tejado inca conocido más grande. Los españoles lo destruyeron casi todo, pero sus cimientos aún pueden verse. También quedan muchas casas y almacenes, y se está llevando a cabo una reconstrucción.

Los aldeanos son personas encantadoras  que cuidan el entorno y trabajan regularmente para eliminar la basura que dejan los visitantes. Además, son célebres ceramistas Muchas de las piezas de cerámica a la venta en los mercados de Pisac y Chinechero son de aquí.

Para experimentar en primera persona  la vida en Raqchi puede organizarse, estancia particular. Trece familias ofrecen alojamiento en habitaciones sencillas pero con baño propio y ducha. El paquete incluye las comidas, una fiesta de noche y un día de  actividades guiadas muy recomendable. Entre estas se cuenta una visita a las ruinas  (entrada no incluida), una trepidante  excursión al mirador local y la visita de un taller  de cerámica.

El tercer domingo de junio se celebra en Raqchi una colorida fiesta con música y danzas tradicionales.

DE RAQCHI A ABRA LA RAYA

Unos 25 km después de Raqchi está el bullicioso Sicuani, un pueblo comerciante de 12000 habitantes a medio camino entre Cusco y Puno. No hay motivo para detenerse aqui, salvo para hacer un alto en el camino. Cerca de la terminal de autobuses hay algunos alojamientos económicos.

veinte minutos más allá de Sicuani, justo antes de Abra la Raya, el paso de montaña que establece la frontera entre los depárta­mentos de Cuzco y Puno, está Aguas Calientes Marangani se trata de un complejo de cinco fabulosas pozas termales comunicadas por puentes turísticos  que salvan afluentes de agua hirviendo ningún tipo de cerca. Puede chocar el ver a  lugareños lavándose, o a sus hijos e incluso sin  su ropa. Tómese como una experiencia alternativa popular.

se puede usar el transporte local entre Cusco, Andahuaylillas, Raqchi, Sicuani y los baños desde primera hora de la mañana hasta al menos las 15.00.

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